Última actualización: Julio 2022
Un episodio psicótico agudo (acceso delirante agudo) puede ser único, de aparición a menudo súbita, o repetirse o señalar el inicio de una psicosis crónica. Puede sobrevenir tras un suceso vital negativo (duelo, estrés agudo, traumatismo, etc.). En la psicosis puerperal, el delirio suele estar asociado a la relación materno-filial.
Antes de prescribir un tratamiento antipsicótico, sopesar la posible existencia de una causa orgánica subyacente (ver Síndrome confusional agudo) o el consumo de sustancias; controlar y anotar la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y el peso.
El tratamiento antipsicótico es el mismo que el de las psicosis crónicas (haloperidol o risperidona) y dura al menos 3 meses. Tras 3 meses, si el paciente se estabiliza, suspender el tratamiento progresivamente en 4 semanas, vigilando una posible recaída. Si el episodio agudo se prolongó más de 3 meses, proseguir con el tratamiento antipsicótico durante al menos 2 años.
En caso de ansiedad o de agitación importantes, puede, al inicio del tratamiento, añadirse un tratamiento ansiolítico o sedante de corta duración al tratamiento antipsicótico.