Inflamación aguda del oído medio, de origen viral o bacteriano, muy común en niños menores de 3 años, rara en adultos.
Los principales gérmenes responsables de otitis media bacteriana son Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Moraxella catarrhalis y en el niño mayor, Streptococcus pyogenes.
Signos clínicos
- Otalgia de rápida instauración (en los lactantes: llanto, irritabilidad, alteraciones del sueño, rechazo de la alimentación) y secreción (otorrea) o fiebre.
- La asociación de otros signos (p. ej. rinorrea, tos, diarrea o vómitos) es frecuente y puede perturbar el diagnóstico. De aquí la necesidad de examinar los tímpanos.
- Otoscopia: tímpano rojo vivo (o amarillento si está a punto de romperse) y secreción purulenta, exteriorizada (perforación con otorrea) o no (tímpano abombado, opacificado). La asociación de estos signos con una otalgia o con una fiebre confirma el diagnóstico de OMA.
Observación:
Los signos siguientes no bastan para llegar al diagnóstico de OMA:
- Rojez aislada sin abombamiento ni perforación, orienta a una otitis vital en un contexto de infección de vías respiratorias superiores o puede deberse a los llantos y gritos del niño o a una fiebre elevada.
- La presencia de bullas o de líquido detrás del tímpano intacto, en ausencia de signos o síntomas de infección aguda, corresponde a una otitis media exudativa (OME)
- Las complicaciones posibles, particularmente en niños con factores de riesgo (desnutrición, inmunodeficiencia, malformación de la oreja) son la otitis media crónica supurativa y más raramente, la mastoiditis, el absceso cerebral y la meningitis.
Tratamiento
- En todos los casos:
- Indicaciones de la antibioticoterapia:
- La antibioticoterapia se prescribe de entrada en niños menores de 2 años, niños con síntomas de infección severa (vómitos, fiebre > 39 °C, otalgia severa) y niños con factores de riesgo para mala evolución (desnutrición, inmunodeficiencia, malformación de la oreja).
- Para los otros niños:
- Si el niño puede ser re-examinado a las 48 a 72 horas: es preferible esperar antes de prescribir un antibiótico ya que la evolución puede ser favorable espontáneamente y puede bastar un tratamiento sintomático corto de la fiebre y del dolor. Un antibiótico es prescribido si el cuadro clínico se agrava o no mejora tras 48 a 72 horas.
- Si el contexto no permite revisar al niño: prescribir de entrada una antibioticoterapia.
- En los niños bajo antibioticoterapia: pedir a la madre que vuelva si la fiebre o el dolor persisten tras 48 horas de tratamiento.
- Elección de la antibioticoterapia:
- El tratamiento de primera línea es la amoxicilina:
amoxicilina VO durante 5 días
Niños: 30 mg/kg 3 veces al día (máx. 3 g al día)
Adultos: 1 g 3 veces al día
- La amoxicilina/ácido clavulánico se utiliza como 2ª intención, en caso de fracaso terapéutico. Un fracaso terapéutico se define como la persistencia de la fiebre y/o del dolor tras 48 horas de tratamiento.
amoxicilina/ácido clavulánico (co-amoxiclav) VO durante 5 días
Utilizar las formulaciones 8:1 o 7:1. La dosis es expresada en amoxicilina:
Niños < 40 kg: 25 mg/kg 2 veces al día
Niños ≥ 40 kg y adultos:
Proporción 8:1: 2000 mg al día (2 cp de 500/62,5 mg 2 veces al día)
Proporción 7:1: 1750 mg al día (1 cp de 875/125 mg 2 veces al día)
La persistencia de una otorrea aislada, sin fiebre ni dolor, en un niño cuyo estado clínico, sin embargo, ha mejorado (regresión de los signos generales y inflamatorios locales), no justifica el cambio de antibioticoterapia. Limpiar localmente y con prudencia el conducto externo hasta que la otorrea desaparezca.
- Los macrólidos deben reservarse para los poco frecuentes pacientes alérgicos a la penicilina ya que los fracasos terapéuticos (resistencia a macrólidos) son frecuentes.
azitromicina VO
Niños mayores de 6 meses: 10 mg/kg una vez al día durante 3 días